Tierra Adentro

Fernanda del Monte

(Ciudad de México, 1978) es dramaturga, escritora de narrativa y ensayo, directora teatral e investigadora. Sus textos se han llevado a escena y se han presentado en festivales de dramaturgia en Canadá, España, Argentina y México. Recibió el Premio Airel de Teatro Latinoamericano, Toronto, 2013 por su obra Palabras Escurridas y el Premio Internacional de Ensayo Teatral 2013 por Territorios textuales. Sus relatos se editan tanto en México como en España. Actualmente prepara dos nuevos montajes con su compañía Mazuca Teatro e imparte el seminario El teatro como territorio de la palabra en 17, en el Instituto de Estudios Críticos.

Cuando decimos que un tipo de arte es social, nos referimos a que desarrolla temas sobre problemáticas sociales, de hecho, a veces está encaminado a minar las que aquejan a determinadas épocas.

Siempre me ha fascinado viajar, y lo he hecho desde que tengo veinte años.

Los artistas investigadores son seres extraños de los que no se sabe bien qué hacen, para qué lo hacen, o para qué sirve eso que hacen.

Según la RAE, la palabra «plagio» o el verbo «plagiar» en su primera acepción, significan «copiar lo sustancial de obras ajenas dándolas como propias», y no citar de forma explícita que se está haciendo uso de ideas o palabras de otra persona.

Existe una discusión —tanto en narrativa como en drama— sobre la voz del autor, frecuentemente se considera que ésta no debería aparecer en sus propios textos, como si el escritor  fuese capaz de abstraerse a poder entrar en la piel de los personajes (cuestión que a mí me parece fundamental).

Cuando tenía quizás dieciséis años, vi un espectáculo que para mí fue mágico: Ícaro, de Daniele Finzi Pasca.

Esta columna se llama De teatro y cosas peores por una razón: lo que pasa antes de que haya teatro y después de que lo hay es —en muchos casos— algo parecido a lo que sucede en las peores tragedias, y más en las shakespereanas donde todos acaban muertos, enojados, frustrados, locos… será que hemos leído tantas obras de este tipo que ya sabemos cómo acaba el héroe y nos las repetimos sin cesar.

Ayer por la tarde hicimos un ejercicio de apropiación de mito en el taller de dramaturgia, uno de los participantes es argentino y la mayoría mexicanos, yo me aventé una hipótesis: un hombre secuestrado, Tepito, violencia, juego, comedia…inmediatamente el compañero argentino propuso que «lo mejor sería un padre borracho que se pierde y los hijos van a buscarlo», y le dije que eso es súper argentino.

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Ilustración realizada por John Marceline

Llegó marzo y las jacarandas se llenan de flores, inicia el bullicio de las movilizaciones por el 8M, sentimos gusto, enojo y tristeza, por la visibilización extra que se le da a nuestras miradas y reclamos.
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