Si algo significó la aparición de El pobrecito señor X, de Ricardo Castillo, fue la apertura total del llamado Lenguaje Poético a diversos registros del habla y de la actitud moral que se alejaban del formalismo esencialista y de la figura del intelectual a ultranza, diseñados para las letras del siglo xx mexicano.
Recientemente aparecieron dos libros de Clayton Eshleman, Mecha de enebros (Aldus, 2013) y Sealoque (Mantis editores/Instituto Queretano de la Cultura y las Artes, 2013).
En el folklore malayo, la figura de Naranath Branthan es conocida por ser un mujta (una persona de origen divino) que simulaba estar loco y que, debido a su comportamiento excéntrico, revelaba enseñanzas de muy diversa índole.
“Se trata del lenguaje, del pensamiento del lenguaje, del efecto de este pensamiento sobre las actividades del lenguaje”, decía Meschonnic, y el libro Insumisión, de Eduardo Monga, parece responder al cuestionamiento.
Llegó marzo y las jacarandas se llenan de flores, inicia el bullicio de las movilizaciones por el 8M, sentimos gusto, enojo y tristeza, por la visibilización extra que se le da a nuestras miradas y reclamos.