Detalle de portada hecha por Cobra
BREVE RECORRIDO POR EL NÚMERO 230 DE REVISTA TIERRA ADENTRO
El primer lienzo fueron las rocas, las cavernas que aún guardan sus secretos, quizá algunos troncos como ahora lo son las paredes o la penca de algún maguey. Desde hace miles de años, nuestros antepasados tienen la mala costumbre de grafitear, o bien, dibujar, técnica que se ha ido perfeccionando y diversificando, por lo que hoy en día abundan las formas y los estilos, las escuelas o los movimientos artísticos.
La imagen parecía estar desterrada de la posibilidad de construcción de conocimiento hasta hace algunos años; todavía causa recelo entre algunos intelectuales, sin embargo, no es ajena a nuestro día a día, echamos mano de imágenes en la academia, la publicidad y el arte en general. En ese tenor, la revista Tierra Adentro publicó su último número con un dossier bajo el tema “Pensar visualmente” que, valga la ocasión, se enmarca dentro del reto impulsado por Jake Parker a partir de 2009, mejor conocido como Inktober, en el que los participantes se proponen realizar un dibujo diario durante el mes de octubre.
El número “Pensar visualmente” es gráfico en su gran mayoría, un noventa y cinco por ciento —para citar el editorial—, en el que convergen la palabra y la imagen en un diálogo complementario y enriquecedor —como todo diálogo deber ser—. Entre sus páginas, Bruno Valasse ilustra la sección de crítica, mientras a lo largo del dossier se pone el dedo en la llaga en la discusión del tema: ¿se puede pensar a partir de las imágenes? ¿Se puede generar conocimiento? ¿Cómo se leen las imágenes? ¿Cómo se dibujan las palabras? Ah, porque en el principio —antes de que la escritura se concentrara en sólo el hecho de teclear—, las palabras se dibujaban, incluso, podríamos sugerir que las imágenes y las palabras comparten un origen similar en la semilla de la tinta.
Cuento, poesía, ensayo y crónica no son ajenos a este encuentro entre la imagen y las palabras, en tanto Alejandro Magallanes y Dr. Alderete en la sección “Mano a mano” desarrollan, en una suerte de ilustración de estilos combinados, la pregunta del millón para los que se plantean el arte gráfico, del dibujo o la ilustración como modus vivendi: ¿dibujar para vivir o vivir para dibujar?
Si hay algo incuestionable es la importancia de la imagen, su uso y necesidad en la comunicación actual, desde las gráficas creadas por las vanguardias rusas hasta la difusión en demasía de imágenes en internet, la cultura del meme y hasta los emoticones. Hay, en ese sentido, en nuestro caótico presente, una superabundancia de imágenes; sí, están en todos lados y eso nos exige una mayor atención: ¿qué imágenes ver y cuáles no? ¿Cómo escudriñamos para encontrar lo que realmente importa? Más complicado que hallar a Wally, perdido a su vez en un caos de objetos, escenas y personajes. Esforzarnos en ver más allá de lo evidente permitirá que los lectores de la revista descubran la animación que corre al lado nuestro página tras página. Y si se preguntan, por qué en este breve repaso del número 230 de Tierra Adentro no hay muchas imágenes, cuando nos centramos en hablar de su importancia, es para no hacer spoiler de lo que pueden ver/leer en “Pensar visualmente”. ¿Ya la consiguieron?