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Chale Bot
En los últimos meses, se han popularizado diversas aplicaciones de dibujo que usan inteligencia artificial; estas generan una imagen basándose en una biblioteca de referencias (como Dall-E). Los resultados que han dado este tipo de inteligencias son, cuando menos, impresionantes, desde ciudades tercermundistas en universos cyberpunk hasta Borges comiendo tamales.
La gráfica no es el único fin artístico que se le ha dado a las Inteligencias Artificiales. El primer género de la llamada “literatura digital” fue, de hecho, el generador de texto. Este campo fue inaugurado por WordStar, lanzado en 1978. El más famoso de estos procesadores es Microsoft Word.
Desde entonces, la literatura digital se ha expandido y ha evolucionado. De los procesadores de textos, se ha pasado al hipertexto: una estructura no secuencial que permite generar diversos tipos de contenido mediante enlaces. Un uso del hipertexto se da en los “bots”1 de poesía.
Si bien todavía se debate si una máquina puede hacer arte, la discusión es demasiado extensa. Cabe mencionar que, para Hegel, por ejemplo, el arte sirve como conexión entre el mundo y el espíritu. También podríamos hablar del Logos universal (del cual, según los presocráticos, todxs participamos) o de la psyché (el “alma”). Esta última, para muchos sofistas, no era inherente al cuerpo, sino transitoria (es decir, se movía por todo el cosmos). De igual forma, podríamos considerar la teoría animista, según la cual todo lo que existe en la naturaleza tiene un alma; ¿y no es un programa de computadora naturaleza manipulada por la misma naturaleza, como cuando el viento y la marea desgastan las rocas? Pero Chale Bot (@bot_chale) no busca responder estas cuestiones; Chale Bot es un bot triste que solo quiere decir cosas tristes.