Mi hermano murió por mi culpa y sucedió más o menos así:
Después de muchos años de insinuarles a mis familiares de formas cada vez menos discretas, cada día un poco más humillantes, que hicieran caso de aquello que sin mucho furor ni éxito yo publicaba en algunas revistas digitales y, tras comprobar que era imposible convencerlos de que leyeran algo que sobrepasara la longitud de un twit, decidí soltarme.
I
A menudo me pregunto a qué me hubiera dedicado de no haber nacido con parálisis cerebral, de no habitar la superficie con estas especificaciones distintas, como ese enchufe que siempre necesitará de un adaptador distinto para funcionar correctamente.
Ricardo Guerra de la Peña tiene facha de estrella de rock: cabello despeinado, andar lento y finta desaliñada, pero a la vez, paradójicamente, viste bien y tiene un excelente estilo; quienes lo conocen mejor saben que es en parte una especie de mirrey renegado.
Llegó marzo y las jacarandas se llenan de flores, inicia el bullicio de las movilizaciones por el 8M, sentimos gusto, enojo y tristeza, por la visibilización extra que se le da a nuestras miradas y reclamos.