Capítulo 1
En el que la personalidad y nacionalidad de los personajes es revelada poco a poco
—¡Debemos aceptar, sin embargo, que la vida es buena! —dijo uno de los invitados, mientras mascaba una raíz azucarada de nenúfar apoyado en el brazo de su asiento de mármol.
A media noche, aterrado, débil y ponderando
extraños tomos de vetusto folclor olvidado—
se mecía mi cabeza, casi en siesta, cuando una aldabada
sonó, como de alguien llamando a la puerta de mi habitación.
Supongo, como poeta, que entre mis miedos puedo contar la profunda inquietud que rodea la posibilidad de que un día se me revele que consagré mi vida a una imbecilidad.
I
Alguna vez me contasté que entre los tarahumaras hay algunos que siguen siendo gentiles, que no se han bautizado ni se deben bautizar y que el resto los llama gawí tónara, los pilares del mundo.
Esta es la cuarta entrega de una serie de publicaciones semanales donde, durante septiembre, estaremos presentando la obra poética, traducida del sueco por Petronella Zetterlund, de cinco autoras jóvenes.