"To the moon", de Freebird Games, 2011. Portada del videojuego.
To the Moon: Videojuegos y narrativas no tan nuevas
Llegar hasta el final de To the Moon es toda una proeza, no por su dificultad sino por su gameplay infumable. Creado en RPG Maker por Kan «Reives» Gao, este videojuego independiente de 2011 funciona con un movimiento basado en clics, sus niveles están llenos de puzles repetitivos y conversaciones larguísimas.
¿Para qué escribo esto? ¿Acaso realmente alguien me lee? Casi nadie conoce el videojuego sobre el que hablo y sin embargo aquí estoy aporreando el teclado en un intento de decir algo que valga la pena, y si nada vale la pena, ¿qué importa lo que diga?
La trama va sobre dos científicxs que trabajan para una empresa dedicada a modificar los recuerdos de personas moribundas para que crean haber cumplido su mayor sueño, en To The Moon llevaremos el caso de Johny, un anciano que vive al lado de un faro y quiere haber ido a la luna. Lxs protagonistas y doctores, Eva Roselen y Neil Watts, son la típica pareja responsable-idiota que recorre las memorias de Johny a contrarreloj en busca del motivo por el que él quiere viajar a la Luna, ya que no lo recuerda y solo con esa información pueden empezar su trabajo.
Pero la gente no está aquí (¿está aquí?) para escuchar mis quejas, para eso irían a visitar a algún pariente cercano, ¿entonces a qué iba?
Dejando de lado su mejorable jugabilidad y lo poco original del argumento (podemos ver el mismo hilo en películas como Eterno resplandor de una mente sin recuerdos y Memento), ¿por qué deberías adentrarte en To the Moon si tienes ocho horas libres y una computadora con requisitos mínimos? Yo te lo digo.
El gameplay no está muy chido que digamos y si lo que buscas es un reto no lo vas a encontrar aquí, pero al inspirarse en la película, precisamente en el guión de Charlie Kaufman, Reives consigue entregarnos una historia conmovedora. La carrera cinematográfica de Kaufman ha consistido en hablar del dolor humano, desde Being John Malkovich, donde un titiritero fracasado descubre una puerta oculta que le permite acceder a la mente del actor John Malkovich, hasta I’m thinking of ending things, que va sobre una chica que piensa en terminar con su novio mientras se dirigen a una cena en casa de sus suegros; Kaufman nos conduce por historias de personajes que se frustran, caen y vuelven a intentarlo para frustarse otra vez, como las personas normales. La historia de To the moon está llena de elementos bastante emotivos, como encontrarse con montones de conejos de origami por toda la casa; el uso de mementos (objetos ligados a un recuerdo) en forma de puzles con los que iremos viajando entre los recuerdos de Johny, o los motivos por los que quiere ir a la luna, que no recuerda. Y que además su madre le llamara por un nombre diferente, sí te saca una lágrima bien cabrón, pero no te lo cuento todo para que vayas a calar el juego.
¿De verdad creo que a la gente le importa si chillo? Ni a mis compas les interesa qué tan salados sean los líquidos que exilia mi cuerpo, ¿a quién le van a quedar ganas de jugar algo de cuya jugabilidad dijiste que estaba bien culera?
La trama de esta entrega es dura y en ocasiones hasta brutal, pero no deja de caer en ciertos clichés como ocurre con la personalidad de los protagonistas o el uso de escenas cursis y música melosa, aunque cabe recalcar que incluso siendo melosa la es de lo mejor que tiene el juego. Además de estar íntimamente relacionada con lo que Reives nos cuenta en su obra. Considero que los desperfectos narrativos de To the Moon se deben en gran parte a que esta historia hubiera funcionado mil veces mejor en el formato de novela o novela gráfica. A pesar de que el creador ha demostrado en las entregas de Finding paradise y A bird story que le cuesta demasiado crear una trama inmersiva con los recursos de RPG Maker, adentrarse en To the moon es una oportunidad de explorar la creación literaria desde entornos virtuales, pues creo que está más cerca de la literatura digital que del videojuego. Ulises Carrión ya advertía en El nuevo arte de hacer libros que un libro es una secuencia de momentos que se encuentran en una hoja impresa por mera circunstancia y no porque sea obligatorio, To the Moon es la muestra de que a pesar de un gameplay mediocre se puede seguir una obra bien hecha en medios diferentes al impreso-escrito. Me viene a la mente Huir si es mejor plan de Valeria Mussio, donde apartir de enlaces y un formato parecido al de “crea tu propia historia”, la autora crea un poemario que desgarra y además te habla directamente. Llega un punto en el que los enlaces te llevan a estrofas que ya habías leído y se vuelve un bucle de versos del que solo puedes salir hasta darte cuenta de lo que el texto quiere decirte. Otro ejemplo de literatura digital es Tatuaje de Rodolfo J. M., una especie de novela POV donde nos metemos a la computadora de un detective privado de la CDMX. Esos dos últimos títulos tampoco serían muy bien recibidos por la comunidad gamer que busca un entretenimiento más interactivo y digerible, y no lo digo arbitrariamente, hace poco salió la última entrega de Call of Duty: Modern Warfare II, ambientado parcialmente en México. En mi opinión personal de alguien que solo ha visto los gameplays en Twitch, es un juegazo que experimenta con su propia narrativa como ningún otro Call of Duty lo ha hecho para entregarnos un producto más trabajado y realista. Sin embargo, esta ha sido justo la queja de los fans, es demasiado complejo para la gente que llevaba años comprando el juego por su dosis palomitera de disparos y explosiones.
Si lo tuyo es más la parte emocional que técnica en este tipo de obras y estás interesadx en explorar los alcances de la literatura en medios fuera del impreso, tanto To the Moon como los otros dos mencionados, son buenos para empezar. También puedes checar el Archivo de Literatura Digital en Latinoamérica a través del siguienteenlace: https://www.cartografiadigital.cl/map
Cámara pues, creo que eso fue todo. Que nunca se terminen las historias.